16 Jun Desperdicio alimentario: ¿cómo afecta la nueva ley a restaurantes y bares?
Recientemente, se ha impulsado el Anteproyecto de Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario. Esta iniciativa tiene como fin mejorar los sistemas alimentarios con el fin de aprovechar mejor los recursos que nos rodean. Sin embargo, ¿de qué forma afecta a los bares, restaurantes y locales de restauración? Hoy desvelamos algunos de los principios claves.
Un encuesta impulsada por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación desveló cómo en 20220 llegaron a desperdiciarse en nuestro país 1.364 millones de kilos de alimentos, cifra que logró superar a las obtenidas en 2019. Para entender la gravedad de la situación, adjuntamos las principales conclusiones:
-Gran parte de estos residuos se correspondían con alimentos que ni se habían utilizado.
-Dentro del perfil sociodemográfico, las edades correspondientes de entre 35 y 54 años suelen ser los principales impulsores de este desperdicio correspondientes, en su mayoría, con personas de clase media.
-Las frutas, seguidas de las verduras, suelen ser los alimentos protagonistas del desperdicio alimentario.
Este panorama ha obligado a impulsar medidas concretas para poder reducir y evitar este despilfarro. Mantener el desperdicio alimentario es sinónimo de pérdidas en áreas directas, como: los recursos necesarios para crearlos, el esfuerzo humano que existe detrás, así como la inversión técnica y tecnológica empleada en su desarrollo.
Entre los fines principales para evitar el desperdicio alimentario, destaca: “Sensibilizar e informar a los agentes de la producción, transformación, distribución, hostelería, restauración, personas consumidoras y ciudadanía en general”. Es decir, los actores especializados en el mundo de la restauración tendrán una implicación directa dentro de la cadena de valor, con el fin de conseguir estos objetivos. Este impulso conlleva una mayor adaptación a una nueva realidad, que llegará con la aprobación de esta ley el próximo 23 de enero de 2023.
Desperdicio alimentario, ¿cómo afecta a restaurantes, bares y locales de restauración?
Artículo 5
De acuerdo con el artículo 5 de esta normativa, los agentes mencionados, incluyendo al ámbito de la restauración, tienen que adoptar sus actuaciones a una jerarquía de prioridades:
-Es fundamental prevenir las pérdidas y el desperdicio alimentario.
-Empleo para la alimentación humana. Aquí se incluye la donación y otros tipos de redistribución para consumo humanos.
-Transformación de productos no vendidos, pero que sean aptos para el consumo.
-Uso de subproductos que puedan destinarse a la fabricación de piensos y alimentación animal. O bien, uso como subproducto en otra industria.
-Valorización material mediante la obtención de compost de calidad con fines destinados a la agricultura.
-Valorización energética mediante la obtención de biogás.
Artículo 6
Todos los agentes implicados tienen la obligación de cumplir y aplicar las prioridades compartidas anteriormente. Y, en el caso de bares, restaurantes, chiringuitos, hoteles, o bien, dentro del sector horeca, se determina:
-Es obligatorio ofrecer a los consumidores que puedan llevar aquellos alimentos que no hayan consumido. Y para conseguirlo, es importante que esté bien reflejado de forma visible en la propia carta o el restaurante.
-Para que la anterior medida sea correctamente aplicable, se utilizarán envases adecuados para uso alimentario sin ningún coste adicional. Esta opción aboga por opciones reutilizables, compostables o que sean fáciles de reciclar. Y que, a su vez, el cliente pueda portarlos “en condiciones óptimas de higiene”.
Por otro lado, en el caso de los restaurantes y locales de hostelería, fomentarán “un servicio de buenas prácticas” que sea capaz de reducir el desperdicio alimentario a partir de las siguientes medidas:
-Ofrecer nuevas alternativas en las cartas que permitan seleccionar alimentos opcionales, tales como guarniciones, pan, raciones con diferentes tamaños, etc.
-Impulsar la compra de alimentos naturales, de calidad, accediendo a opciones más sostenibles y de proximidad. Como, por ejemplo: alimentos de temporada, ecológicos, frescos, etc.
-Promover la donación de alimentos con fines sociales.
-Adaptarse e impulsar la entrega de restos alimentarios conforme a la normativa de residuos.
También se señala como las industrias de hostelería y restauración deberán establecer un protocolo específico para donar a organizaciones e instituciones aquellos alimentos que no se han vendido y que siguen siendo óptimos para consumir.
¿Cuáles son las sanciones por no aplicar las medidas correspondientes?
La normativa diferencia entre tres tipos de sanciones el hecho de no adaptarnos al texto expuesto. En el caso de los restaurantes o locales de restauración se sitúa en:
–Infracciones leves: engloba aquellas en las que no se dispongan medios suficientes como para donar aquellos alimentos no vendidos y que sean adecuados para el consumo humano. Se recogen apercibimientos o multas de has 6.000 euros.
–Infracciones graves: las que suponga impedir mediante estipulación contractual la donación de alimentos. Se recogen multas de entre 6.001 y 150.000 euros.
–Infracciones muy graves: recoge aquellas en las que se reincida con infracciones graves cometidas en un plazo de dos años contados desde la sanción por resolución firme que se produzca de la primera de ellas.
“El desperdicio alimentario genera importantes consecuencias en el entorno que nos rodea. En el medio ambiente, se estima que existe una pérdida de agua de 8.060 m3/s, además de sumar los millones de toneladas de gases de efecto invernadero. Respecto al ámbito económico, se estiman que estas pérdidas se sitúan en 75.000 millones de dólares al año. Aunque también es significativo el ámbito social, ya que una correcta gestión de estos alimentos aseguraría un reparto equitativo en países del tercer mundo disminuyendo así la brecha de la desigualdad en muchos ámbitos geográficos”.
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